Para los parias del Pensamiento. Solo para ellos hablo.
En sus escritos, Antonin Artaud se esfuerza por componer un pensamiento que pueda sostenerse en un mundo en el que la metafísica está en declive. Sin embargo, parece que a partir de la posmodernidad, y en consonancia con el surrealismo, lo que prima es el sentimiento y cómo éste afecta a cada sujeto.
Si es así, Artaud nos invita a dejarnos llevar por las cosas en lugar de obsesionarnos con algún rasgo de la apariencia con la esperanza de encontrar una definición ficticia que solo representa una pequeña parte del panorama. Se trata de ser parte de la corriente de la vida, en lugar de fijarnos en las deplorables condiciones mentales que nos dejan atrapados en los intervalos y nos impiden movernos con flexibilidad.
Pero la obsesión por no pensar ya cuenta como un terrible pensamiento, el que no nos permite abandonar las cavernas del ser y las últimas moradas del espíritu. Por lo tanto, debemos recurrir a la bestia y su actitud de insensato desatino para desviarnos del curso normal de la vida.
Aquí, el lenguaje se convierte en un medio de locura que nos permite eliminar el pensamiento y sumergirnos en el laberinto de las sinrazones, rompiendo las paredes de nuestro pequeño mundo espiritual. La destrucción es necesaria cuando algo ya no puede sostenerse por sí mismo, en este caso, la razón. La creencia, por tanto, solo puede arraigarse en lo irracional, en donde triunfa un nuevo sentido que no teme al delirio y la impulsividad.
Lejos de ser una enfermedad, Artaud afirma que la locura nos acerca a la verdadera impulsividad de la materia, curándonos así de la enfermedad de los conceptos, los que parecen habernos dejado en un estado catatónico, no deseando ni la vida ni la muerte, como un suicida del pensamiento, al que solo podría tranquilizar la locura.
Eduardo Schele Stoller.