El conductismo según Skinner

El conductismo parte queriendo responder las siguientes preguntas: ¿Por qué la gente se comporta de la forma como lo hace? ¿Se puede predecir la conducta? ¿Podemos condicionar o manipular las acciones de un sujeto? Esto supone, según el psicólogo estadounidense Burrhus Frederic Skinner (1904-1990), una estrategia que abandone la búsqueda de causas, para centrarse ahora en la simple descripción de lo que hace la gente, evitando así los sentimientos y estados mentales, quedándonos solo con lo que puede observarse objetivamente en el comportamiento de una persona en relación con su historia ambiental previa.

Es producto de los estímulos del ambiente que se produce en nosotros el condicionamiento. Y al respecto, los sentimientos, afirma Skinner, son simplemente productos colaterales de las condiciones responsables del comportamiento. Tal como promulgara la filosofía hedonista, las personas actúan para alcanzar placer y escapar o evitar el dolor, relacionándose esto con la probabilidad de que una persona repita o elimine una conducta a través del refuerzo o el castigo. Es así el ambiente el que afecta la conducta de un organismo. En este sentido, para Skinner no somos simples «captadores» del mundo que nos rodea, ya que respondemos a él de maneras peculiares según lo que ha sucedido cuando hemos estado en contacto con el mismo.

Lo anterior produce que las personas puedan llegar a ver cosas diferentes cuando se las ha expuesto a diversas contingencias de refuerzo. Es por esto por lo que el significado de una respuesta no está en su forma, sino que se encuentra en su historia antecedente. Skinner señala que tanto los significados como los referentes no se encuentran en las palabras, sino en las circunstancias bajo las cuales los que hablan usan palabras y los que escuchan las entienden. Esto se traduce en que la vida mental y el mundo en el que se vive no sea más que una invención en relación con el comportamiento externo que ocurre bajo las contingencias externas.

Pensar, afirma Skinner, es comportarse, siendo un error colocar tal comportamiento en la mente, pues el pensamiento humano es sinónimo de comportamiento humano. Además, son las contingencias las que determinan la utilización del lenguaje, por ejemplo, a la hora de hablar de la verdad. La verdad, según Skinner, está limitada por las fuentes del comportamiento del que habla, por el control ejercido por el contexto actual y del pasado. Pero de ser esto así, no habría manera por medio de la cual una descripción verbal de un contexto pueda ser absolutamente verdadera.

Y es que para el conductismo, lo que rige nuestro conocimiento no es el saber por el saber, sino que la acción, el poder, esto es, la manipulación del entorno. Como destaca Skinner, ya Marx planteó que no es la conciencia del hombre la que determina su existencia; sino su existencia social es lo que determina su conciencia. Cualquier tipo de conducta dependerá así del ambiente en el que se viva. Por ejemplo, las personas manifestaran diferentes grados de comportamiento ético o moral, dependiendo del grado de su exposición a tales contingencias. Es decir, sostiene Skinner, nada se saca enseñado la moral si las contingencias la dificultan.

Eduardo Schele Stoller.

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