McLuhan: los problemas de la aldea global

McLuhan: los problemas de la aldea global

Los más grandes avances de la civilización son procesos que casi hunden a las sociedades en las que ellos se producen.

Whitehead

El filósofo canadiense Marshall McLuhan sostenía que los medios técnicos son extensiones de alguna facultad humana, ya sea psíquica o física. Por ejemplo, el circuito eléctrico es una prolongación del sistema nervioso central, mientras que la tecnología de la imprenta creó el público y la tecnología eléctrica creó la masa, lo que ha modificado nuestra forma de pensar, actuar y percibir el mundo. El público está compuesto por individuos aislados con puntos de vista fijos y separados, y la nueva tecnología exige abandonar esta postura fragmentaria. El circuito eléctrico está orientalizando a Occidente, reemplazando lo contenido, distinto y separado por lo fluyente, unificado y fundido, lo que nos hace volver a vivir en una aldea.

McLuhan también afirmaba que las sociedades han sido moldeadas más por los medios de comunicación que por el contenido de la comunicación en sí. La tecnología eléctrica promueve y estimula la unificación y el envolvimiento, lo que significa que los grupos minoritarios ya no pueden ser ignorados ni contenidos, y demasiadas personas saben demasiado las unas de las otras, lo que genera una era de ansiedad producto de la necesidad del compromiso y la participación en áreas no fragmentadas o especializadas de la realidad.

Esto ya comenzó a preconfigurarse a través de la alfabetización. El órgano dominante de la orientación sensorial y social en las sociedades alfabéticas es el ojo, ya que el alfabeto fonético obligó al mundo mágico del oído a rendirse al mundo neutral del ojo, materializando y dando color al pensamiento. La comprensión pasa a depender exclusivamente del ojo, y el espacio visual es uniforme, continuo y coherente. McLuhan destaca que el hombre racional occidental es visual, pero se ha fragmentado y especializado. En cambio, en el espacio acústico, el hombre vivía sin límites, dirección u horizonte, en el mundo de la intuición, emoción y terror.

Con los nuevos medios, el tiempo y el espacio se han desvanecido, y vivimos en una aldea global y en un suceder simultáneo, similar al espacio acústico de las emociones tribales. La velocidad ya no permite construir una serie, y la nueva interdependencia electrónica recrea el mundo a imagen de una aldea global. Hemos extendido nuestro sistema nervioso central hasta abarcar todo el globo, acercando rápidamente a la simulación tecnológica de la conciencia.

McLuhan también distingue entre medios calientes y fríos. El medio caliente es aquel que se extiende en un único sentido, con alta definición y rebosante de información, mientras que el habla es un medio frío de baja definición que requiere la participación del oyente. La alta definición engendra especialización y fragmentación, la cual deberá enfriarse antes de poder ser aprendida o asimilada. Sin embargo, esta fase no parece llegar, y solo decanta en aburrimiento.

McLuhan destaca que la alfabetización crea personas mucho más simples que las que se desarrollan en sociedades tribales orales, ya que el hombre fragmentado da lugar al mundo homogeneizado occidental. Por otro lado, las sociedades orales se componen de pueblos diferenciados no por sus habilidades especializadas o marcas visibles, sino por sus combinaciones emocionales únicas. El mundo interior del hombre oral es un laberinto de emociones y sentimientos complejos, que el pragmatismo occidental ha desgastado o suprimido en favor de la eficiencia y la practicidad.

Eduardo Schele Stoller.

 

 

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