Ayn Rand y la mente anti conceptual

Ayn Rand y la mente anti conceptual

Según Ayn Rand, si un sistema filosófico es una visión integrada de la existencia, todo ser humano necesita tener una filosofía, la que debe ser idealmente definida de forma consciente, mediante un proceso racional, disciplinado y de deliberación escrupulosamente lógica. De lo contrario, el ser humano está dejando que su inconsciente acumule una serie de conclusiones carentes de base y de generalizaciones falsas, olvidando que todo conocimiento posee una estructura jerárquica, no pudiendo distinguir así lo fundamental de lo que solo es derivado.

El error del profano es la tendencia a aceptar las consecuencias mientras ignora las causas, tomando como dado el resultado final de una larga secuencia de pensamiento y considerándolo como “lo evidente en sí mismo” o como un fundamento irreducible. Esto, señala Rand, es algo cada vez más común entre las personas, pues estaríamos ante la presencia de una creciente mentalidad anti conceptual.

La característica principal de esta mentalidad es un tipo especial de pasividad con respecto al proceso de conceptualización y, por consiguiente, a los principios básicos del conocimiento. Es una mentalidad que decide que sabe bastante y no le importa mirar más allá ¿Qué acepta como suficiente? Lo inmediatamente dado, las cosas concretas y directamente perceptibles.

Al hombre corriente las dos preguntas cardinales de una mente humana: ¿Por qué? y ¿Para qué? le son ajenas. La falta de interés por el “¿Por qué?” elimina el concepto de causalidad y trunca el pasado. La falta de interés por el “¿Para qué?” elimina el propósito de largo alcance y trunca el futuro. Así, afirma Rand, solo el presente se vuelve totalmente real.

Pero este individuo no solo ignora la filosofía, sino que también le teme. Para entender sus fundamentos requiere de la aplicación de una larga cadena conceptual, algo para lo que su mente no está preparada. La filosofía se le presenta, señala Rand, como una amenaza psico-epistemológica, puesto que para entenderla debería elevarse por encima de sus “reglas” hasta el nivel de los principios abstractos, lo que significaría a su vez cuestionar los mismos. Es por esto, cree Rand, que el individuo se aferra a los dictámenes y reglas de la sociedad, puesto que es su forma de protegerse contra la temida incertidumbre del pensamiento abstracto.

La desconfianza con respecto a las teorías la padecen hoy hasta los intelectuales, quienes han pasado hoy a profesar una incertidumbre militante o, lo que es lo mismo, un agnosticismo dogmático. Contra todo pronóstico, hoy los ignorantes son aquellos que buscan el conocimiento, y los inmorales aquellos que se atreven a pronunciar juicios morales.

Eduardo Schele Stoller.

Un comentario sobre “Ayn Rand y la mente anti conceptual

  1. La filosofia es pensamiento y el pensamiento es intelecto…por lo tanto…pensar intelectualmente es…un proceso de formacion dificil,duro…equivale a CUESTIONAR…y la “gran masa” es inerte a esto…ya que no hay entrenamiento previo.

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