Según Thomas Kuhn, un periodo de «ciencia normal» se asienta en el supuesto de que la comunidad científica sabe cómo es el mundo, derivando el éxito de su empresa de la defensa que se haga de dicha suposición. Hechos y teorías científicas no son categorías separables, y esto porque «ciencia normal» significa la investigación basada firmemente en uno o más logros científicos pasados, los que una comunidad científica particular reconoce durante algún tiempo como el fundamento de su práctica ulterior.
Estos sucesos llegan a conformar lo que Kuhn denomina como «paradigma”, esto es, ejemplos aceptados de prácticas científicas (leyes, teorías, aplicación, instrumentos), modelos de los que surgen tradiciones particulares y coherentes de investigación científica (rúbricas) y cuyo estudio prepara al estudiante para ser parte de la comunidad científica. Al compartirse reglas y normas de práctica científica, bajo un paradigma se vuelve raro el desacuerdo, puesto que son requisitos para un periodo de ciencia normal tanto el compromiso como el consenso.
Las «revoluciones científicas» son episodios extraordinarios en los cuales se produce un cambio en estos compromisos profesionales, pues destruyen la tradición, transformando el mundo y las entidades que lo habitan. Sin embargo, cuando una ciencia está en desarrollo, antes de adquirir un paradigma universalmente aceptado, hay una variedad de puntos de vista, pudiendo haber descripciones e interpretaciones diferentes de un mismo rango de fenómenos. Durante las crisis, además, los científicos suelen entregarse al análisis filosófico como instrumento para desbloquear los enigmas de su campo. Pero tal grado de divergencia acaba desapareciendo cuando termina por triunfar una de las escuelas en disputa, la que, debido a sus propias creencias y preconcepciones, presta atención tan solo a una parte restringida de la información.
Un paradigma se impone porque tienen más éxito que sus competidores a la hora de resolver unos cuantos problemas que un grupo de científicos consideran como urgentes. La ciencia normal, afirma Kuhn, consiste en la actualización de dicha promesa, lo que consiste en un intento de meter a la fuerza a la naturaleza en los compartimentos prefabricados y relativamente inflexibles del paradigma. Los fenómenos que no encajan ni siquiera se ven. La investigación en la ciencia normal se orienta así a la articulación de los fenómenos y teorías ya suministrados por el paradigma, es decir, el paradigma suministra herramientas para resolver problemas que el mismo paradigma define.
Sin embargo, estas restricciones de la investigación resultan esenciales para que haya progreso en la ciencia, al menos en lo que respecta al detalle y la profundidad. La existencia del paradigma plantea el problema a resolver y a menudo la teoría del paradigma está directamente implicada en el diseño del aparato capaz de resolver el problema. En este sentido, Kuhn sostiene que la ciencia normal soluciona problemas como quien soluciona rompecabezas, ya que se acoge siempre a un paradigma, razón por la cual no busca novedades inesperadas. Su éxito solo se demuestra en resolver rompecabezas, en donde el científico lo que demuestra es solo su habilidad en resolverlos. Tales soluciones están gobernadas por reglas y los resultados admisibles se ven limitadas por tales restricciones. Solo un cambio en las reglas del juego ofrece alternativas, lo que implica pues un cambio de paradigma.
La ciencia normal, concebida como la actividad de resolver rompecabezas, es una empresa acumulativa y eficaz en su finalidad de ampliar el alcance y precisión del conocimiento científico. La ciencia normal no pretende encontrar novedades de hechos o teorías. Cuando hay un descubrimiento es cuando se toma conciencia de una anomalía, es decir, reconociendo que la naturaleza ha violado de algún modo las expectativas inducidas por el paradigma que gobierna la ciencia normal. La anomalía se cierra, afirma Kuhn, cuando la teoría paradigmática se ha ajustado para que lo anómalo se vuelva algo esperado. La profesionalización conduce a una inmensa restricción de la visión del científico y a una considerable oposición del cambio de paradigma, pues se cree en una cada vez mayor correspondencia entre observación y teoría.
La proliferación de diversas versiones de una teoría es un síntoma muy corriente de crisis, pero una teoría científica solo se considerará inválida si es que hay alguna alternativa. En este sentido, la falsabilidad por contrastación directa de la naturaleza (Popper) no es algo que se muestre en el desarrollo histórico de la ciencia, ya que la decisión de rechazar un paradigma conlleva siempre simultáneamente la decisión de aceptar otro.
En suma, el objetivo de la ciencia es resolver un rompecabezas para cuya mera existencia ha de suponerse la validez del paradigma. Es recién bajo un periodo de crisis que comienzan el desdibujamiento de un paradigma y la consiguiente relajación de las normas de la investigación normal. La transición puede llegar a traducirse de un paradigma en crisis a uno nuevo dista de ser un proceso acumulativo, ya que el paradigma viejo no se extiende al nuevo. Hay un proceso de reconstrucción, pero a partir de nuevos fundamentos, métodos y objetivos, rompiéndose la tradición a partir de nuevas reglas.
Eduardo Schele Stoller.
Conjunto de realizaciones universalmente aceptadas bajo las cuales el científico desarrolla su tarea?
Un problema persistente que exige solución y da lugar a una investigación extraordinaria?
Ofrece problemas resueltos que funcionan como modelos para la enseñanza de la disciplina?
Problema a resolver señalado por el paradigma?
Diferentes escuelas de pensamiento coexisten abordando un mismo tema desde perspectivas incompatibles?
Los científicos tienen confianza en los fundamentos de la propia disciplina, hay consenso acerca de qué y cómo investigar?
Período en que se procede a la adopción de nuevos fundamentos inconmensurables con la anterior tradición?
Hay desconfianza, surgen competidores y se debilitan los fundamentos?
Hola, necesito de ayuda
muchas gracias